sábado, 21 de noviembre de 2009

Artículo - El desarrollo personal y la salud


El ser humano de nuestro tiempo parece estar en crisis. No llega a asimilar los cambios que, a todos los niveles, se suceden a su alrededor rápida y continuamente, y experimenta una especie de desconcierto, de desorientación vital. Se habla de la existencia de una crisis de valores y referentes, de identidad e incluso de sentido de vida. Este ir y venir desenfrenado nos impide detenernos y reflexionar, buscar en nuestro interior ese espacio de serenidad y sabiduría que constituye el punto de anclaje fundamental para el propio equilibrio. Es significativo comprobar que los países más ricos presentan mayor número de casos de ansiedad y depresión que nunca, pese a disfrutar de una mejor calidad de vida. En medio de esta situación de incertidumbre constante, el ser humano necesita recurrir a algo que le haga recuperar el equilibrio perdido y sentirse mejor consigo mismo y con los demás. Hoy se habla mucho de desarrollo personal, de ese compromiso que cada uno adquiere con su propio crecimiento, y que le permite conocerse más y mejor para saber dónde está y hacia dónde se dirige. El desarrollo personal fortalece las capacidades humanas y la salud física, mental y emocional. Aporta un nuevo enfoque para el bien-estar y el bien-sentir de las personas que va más allá de lo estrictamente médico. Somos un todo y no solo un cuerpo físico, con sus síntomas. Cuando las emociones son negativas desciende la energía y se atrae de forma inconsciente la enfermedad, porque detrás de cada patología está la totalidad del sujeto.La mayoría de las técnicas de crecimiento personal van encaminadas a favorecer el despertar de la consciencia, es importante estar muy atentos a lo que sucede a nuestro alrededor, pero, sobre todo, es necesario estar muy atentos a lo que pasa dentro de nosotros mismos. Todo esto sin olvidar que no se trata de fomentar un narcisismo perfeccionista, sino de potenciar los valores individuales, con una proyección social, de modo que redunden en el bien común.Son múltiples las herramientas disponibles para facilitar nuestro desarrollo: terapias personales y transpersonales, cursos de relajación, grafoterapia, danza, conciertos meditativos, educación de las emociones, risoterapia, técnicas de control del estrés, etc. La sociedad sólo mejorará cuando cada uno de nosotros se esfuerce para conseguirlo, sin dejar la responsabilidad al otro. El trabajo interior profundo a nivel personal provocará cambios en nuestra propia vida, que se proyectarán en nuestro entorno y, entre todos, haremos un mundo mejor, más humano y solidario.