domingo, 26 de abril de 2015

IN MEMORIAM


La triste noticia me llegó en esta tarde de sábado primaveral. El profesor Mauricio Xandró nos había dejado definitivamente.

Antes de conocer al Maestro, yo ya había leído muchos de sus libros. Me entusiasmaba aquella ciencia misteriosa llamada Grafología y devoraba con avidez  cuantos textos sobre esta materia iban llegando por correo postal a mis manos.

Años después, decidí asistir a la Sociedad Española de Grafología. Comenzaba el otoño, empezaba el curso,  y las clases arrancaban con una sesión a cargo del profesor Xandró. En un tono distendido, nos fue preguntando a los asistentes por qué estábamos allí. Cuando llegó mi turno le dije que yo solo había ido a informarme. Entonces, me miró y me dijo: “Tú no te vas”. Y desde aquel día, ya lejano, no me he separado de esta maravillosa Ciencia y de todas las personas vinculadas a ella. Me ha proporcionado inmensas satisfacciones personales y grandes momentos de felicidad, me ha abierto puertas a nuevas vivencias, nuevas amistades y nuevos mundos.

Tuve la suerte de ser alumna de Mauricio Xandró. Recuerdo su rosto enjuto, su mirada profunda, perspicaz, llena de sensibilidad. Sus clases, salpicadas de anécdotas, nos hacían tomar contacto con la vida y nos invitaban a profundizar en el conocimiento del hombre. Era agradable, cordial, y afectivo y poseía un gran sentido del humor.  Ahora evoco aquellas tardes con  nostalgia y gratitud.

El profesor Xandró me enseñó a amar esta ciencia apasionante y a conocer el alma humana a través de la escritura. Con estas líneas deseo expresar mi gratitud, respeto y afecto. Siempre le llevaré en mi corazón.

 Begoña Mardones Gómez.
Madrid, 25 de abril de 2015