lunes, 27 de mayo de 2013

INVESTIGACIÓN GRAFOLÓGICA, EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GRAFOLOGÍA


                                       

Con un elevado número de asistentes, el pasado 23 de mayo se llevó a cabo una sesión de investigación grafológica, dirigida por don Carlos Ramos Gascón, psicólogo clínico y grafólogo, en la Sociedad Española de Grafología, Madrid.

            En esta experiencia, dividida en dos partes -test grafológicos y cuestionarios psicológicos- se pretende contrastar los resultados obtenidos con ambas metodologías. Los test se aplican de modo grupal y las conclusiones serán comentadas por don Carlos Ramos individual y confidencialmente a los participantes que lo soliciten.

             Quienes estén interesados en participar en futuros grupos pueden ponerse en contacto con don Carlos Belda, en el teléfono: 91 552 02 61.

 

Begoña Mardones Gómez
Madrid, 27 de mayo de 2013

 

lunes, 13 de mayo de 2013

TALLER SOBRE GRAFOLOGÍA Y AUTOESTIMA, EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GRAFOLOGÍA


El pasado 27 de abril, se celebró  un Taller sobre Grafología y autoestima, en la Sociedad Española de Grafología, Madrid. La primera parte estuvo a cargo del profesor don Juan Carlos Belda, que habló sobre El autoconcepto y la autoestima en la letra. En la segunda, el profesor don Eliseo Nuevo González explicó Cómo desarrollar la propia autoestima.

                                          


Don Juan Carlos Belda se centró en el “yo”, en el sistema de creencias que cada individuo mantiene sobre sí mismo, y analizó la firma como el reflejo más íntimo y seguro del sujeto,  el camino más directo para conocer la autovaloración personal. Siguiendo al profesor Xandró, afirmó que es en la firma y en la rúbrica donde puede llegarse a la esencia en el estudio de la evolución de la personalidad. Se refirió también a determinadas formas de represión en la escritura, a los artificios y a la caligrafía sin personalizar, que nos llevan a plantear la existencia de un sentimiento de inferioridad.
Posteriormente analizó la ambición en la firma y fue comentando distintos tipos, con ascenso vertical, lo que refleja metas ambiciosas y a veces búsqueda angustiosa de Dios, huida de la realidad, etc.; ascendente, con ambiciones elevadas y fuertes deseos de mejorar; con ascenso ligero, lo que refleja que la persona se ha marcado una meta alcanzable en la vida; horizontal, que implica madurez y conformismo con la situación alcanzada;  ligeramente descendente, lo que puede indicar cansancio o pesimismo pasajero; descendente, reflejo de un pesimismo exagerado o de una posible depresión; y, por último, descendente en vertical, lo que denota autodestrucción y posible tendencia al suicidio, aunque para llegar a esta conclusión habría que observar un conjunto mayor de rasgos.
 

El profesor don Eliseo Nuevo González comenzó hablando sobre la autoestima, definida como el conjunto de pensamientos, sentimientos, experiencias y comportamientos de una persona que le proporcionan una imagen favorable o desfavorable de sí misma. La autoestima -afirmó- vendría a ser la convicción de que uno es valioso para sí mismo y para los demás. “En torno a ella giran emociones, afectos, valores y conducta. La autoestima implica independencia, responsabilidad y autonomía, pilares básicos de una personalidad sana y equilibrada”, añadió.

Tras analizar el autoconcepto, el profesor Nuevo González se centró en la autoestima y adolescencia, y señaló que en esta etapa el cultivo de la autoestima es fundamental, dada la inestabilidad emocional en que se mueve el joven aprendiz de adulto.

El profesor Nuevo González afirmó que es preciso confiar en las propias posibilidades a través de la responsabilidad personal: previendo las consecuencias de nuestros propios actos, relacionándonos adecuadamente con los demás, valorándonos en la justa medida, desarrollando una conciencia ética acorde con unos valores morales intachables, seleccionando amigos de verdad, etc.

Por último, don Eliseo señaló que no había que caer en la profecía autocumplida. Rosenthal y Jacobson formulan la hipótesis de que los profesores tratan mejor a los estudiantes de los que esperan un buen rendimiento escolar, de modo que estos mejoran su autoestima, se sienten más motivados, crean expectativas de éxito y desarrollan adecuadamente sus destrezas intelectuales y sus métodos de aprendizaje.
 

          “Estamos en este mundo para ser felices y hacer felices a los que nos rodean y nos aprecian. Quizá no exista la felicidad absoluta, pero cada uno sabe en qué consiste la felicidad para él. ¿Por qué ser infelices pudiendo ser felices?”.

         El Taller concluyó con la realización de una serie de ejercicios prácticos y con un pequeño coloquio.
Begoña Mardones Gómez
Madrid, 13 de mayo de 2013