jueves, 15 de diciembre de 2011

LA GRAFOTERAPIA, TÉCNICA DE CURACIÓN POR MEDIO DE LA ESCRITURA

La Grafoterapia, técnica de curación a través de la escritura

"Si partimos del axioma de que la escritura es un fiel reflejo de la actividad de nuestro cerebro, deduciremos que, a través de una grafía, se pueden detectar y evaluar las facultades, peculiaridades e incluso enfermedades de quien escribe, puesto que el cerebro es la fuente creadora y reguladora de las impresiones, instintos, tendencias, sentimientos y reacciones del ser humano.

Se puede definir la Grafoterapia como una técnica conducente a subsanar factores negativos de la personalidad por medio de la modificación del gesto gráfico, logrando un estado psicofísico armónico, equilibrado y saludable.

Como su nombre indica, la Grafoterapia es una técnica de terapia o curación a través de la escritura, aprovechando la estrecha vinculación existente entre las conexiones cerebrales y la grafía personal.

Es un error considerar que la Grafoterapia cambia la personalidad o la base temperamental. Sería tan inexacto como afirmar que se cambia el rostro cuando varía la expresión. Lo que la Grafoterapia modifica son las actitudes que integran el carácter e incluso influye sobre factores de raíz temperamental, a base de hostigarlos con los correspondientes ejercicios correctivos.

Imaginemos a una persona con un elevado índice de agresividad. En primer lugar habrá que localizar la raíz de su comportamiento hostil e inadaptado y, después, canalizar armónicamente la energía y polarizarla hacia otros objetivos. En el tratamiento grafoterapéutico el experto indicará al paciente los gestos que reflejan su tendencia o dolencia, le mostrará las correcciones adecuadas que, realizadas repetidamente y con sincera voluntad de propósito, terminarán incorporándose a su escritura habitual y le acompañará durante el proceso del tratamiento con sus conocimientos, vigilancia y apoyo humano. En tales circunstancias, el nuevo gesto gráfico quedará definitivamente asimilado y su efecto reversible ejercerá su influencia atacando la raíz de su irrefrenable impulso agresivo”.

Isabel Sánchez-Bernuy
Grafoterapia y análisis transaccional.Segunda edición ampliada
Editorial Paraninfo, 1986

miércoles, 9 de noviembre de 2011

GRAFOTERAPIA Y GRAFOESTIMA

La Grafoterapia, denominada también reeducación gráfica, es un sistema de superación de trastornos psicológicos y defectos caracterológicos que se adapta fácilmente a cualquier edad y nivel de inteligencia. Rehabilita a la persona a través de ejercicios gráficos que tienen como objetivo lograr un estado psicofísico armónico, equilibrado y saludable. Por este procedimiento se reemplazan hábitos gráficos nocivos por otros deseados o beneficiosos. La escritura de una persona de carácter duro, seco e intransigente se caracterizaría por los trazos angulosos, rígidos y puntiagudos. La implantación de gestos gráficos flexibles, dúctiles y curvos contribuiría a suavizar su comportamiento. En hospitales psiquiátricos suizos se aplican ejercicios de Grafoterapia a enfermos considerados peligrosos, agresivos y difíciles. Estos ejercicios consisten en realizar trazos curvos, sedantes y controlados, y, a pesar de su sencillez y simplicidad, se observan notables cambios en la conducta de los pacientes.

Es un error considerar que la Grafoterapia cambia la personalidad. Lo que modifica son las actitudes que integran el carácter y puede influir sobre factores de raíz temperamental, a base de hostigarlos con los correspondientes ejercicios correctivos.

Grafoterapia y Grafoestima, Isabel Sánchez-Bernuy

lunes, 15 de agosto de 2011

GRAFOARMONÍA

Escribir conlleva (tanto en Occidente como en Oriente) la ejecución de un ritual y el empleo de unos medios que podríamos reconocer fácilmente. Nuestras tintas están en los bolígrafos, en los rotuladores, en las plumas. Tenemos predilección por un tipo de herramienta concreta para escribir, que nos resulta especialmente agradable, porque se acomoda a nuestros dedos, se desliza por el papel como nos gusta, para “dibujar” letras… la pluma o el bolígrafo preferido, el papel con el que más nos gusta escribir, el color con el que nos sentimos cómodos.

Esas sensaciones son las mismas que experimentan en Sumi-e y en la caligrafía oriental, solo que ellos han elaborado técnicas específicas muy antiguas para concretar estos hechos, a sabiendas de que hay una conexión directa con la mente. De hecho, escribir, como tantas veces decimos, es un acto directo de tipo neurológico, cerebral. Nosotros podemos imitar esas técnicas, pero con nuestro abecedario, con nuestras palabras, con nuestros signos. El Sumi-e y la caligrafía oriental han generado un arte milenario y una filosofía espiritual maravillosa.

El grafólogo -señala don José Francisco González Ramírez- puede ejercer este tipo de Grafoterapia, tan especial, y debería tener en su despacho, entre sus materiales, la posibilidad de ofrecer a sus clientes distintos tipos de instrumentos para escribir, distintos tipos de papel, de tintas, de pinturas, etcétera, para trabajar esta nueva modalidad de la Grafología que vamos a denominar técnica de la Grafoarmonía.

José Francisco González Ramírez
El lenguaje simbólico de la escritura.
Su interpretación desde la Grafología

"Sumi-e" y Grafoterapia


“SUMI-E” Y GRAFOTERAPIA

La pintura Sumi-e y la caligrafía japonesa, influenciadas por las filosofías orientales y la espiritualidad zen, son artes que desarrollan el espíritu y posibilitan el encuentro con el interior. Sumi (significa tinta) y e (pintura). Lo que pretende es transmitir emociones con los tonos de tinta negra sobre el papel blanco. Existe en esa actividad una intencionalidad para expresar los estados de la mente y a la vez serenar el espíritu con su práctica. ¿Podría la Grafología tener un propósito parecido si el acto de escribir lo transformamos en una actividad que tenga un fin similar? En parte, ese es el sentido de la Grafoterapia, pues lo que hacemos con la Grafología es traducir los estados de ánimo de quien escribe, sus rutinas básicas, su disposición y actitud ante la vida. La Grafoterapia es la técnica que ayuda (a través de la práctica de determinados hábitos) a modificar la personalidad, armonizándola con el acto de escribir.

La idea Sumi-e es una práctica artística que busca la espiritualidad y la paz interior. En Grafoterapia se anima al escritor a modificar los hábitos básicos. Por ejemplo, si el autor de un escrito fuera una persona hiperactiva, y mediante la modificación de la velocidad y el ritmo de escritura consiguiéramos que prestase más atención a los detalles, dibujando (o pintando letras, más que escribiéndolas) seguramente esta persona podría ejercer sobre su conducta también un mayor autocontrol, un freno a sus impulsos, y acaso por efecto de generalización pudiera asimismo llevarlo a cualquier otro contexto de la vida cotidiana. Eso sería Grafoterapia.

José Francisco González Ramírez
El lenguaje simbólico de la escritura.
Su interpretación desde la Grafología

martes, 2 de agosto de 2011

Luz y sombra en la firma

Si queremos plantearnos el estudio de la firma de una manera completa, es necesario contemplarla desde una doble óptica. Nuestra mirada observadora apreciará, en una primera fase, la forma de los trazos, el tamaño, la velocidad, el ritmo, la cohesión, la inclinación, etc. Y es en esta valoración donde reside la luz de la firma. Luz es todo aquello que abarca el examen objetivo, rigorista y exterior del trazado.

Pero una firma bien estudiada no sólo tiene luz, sino también sombra. Llamamos sombra (designación citada ya por Jung), al conjunto de todos los elementos o facetas que integran el inconsciente del autor, a todo aquello que no admite su consciente, como pueden ser los miedos, complejos y sentimientos de culpa que le inhiben. En resumen, la sombra es la fiera invisible que intenta destruir a la persona, privarle de la armonía y aumentarle el nivel de fracaso e infelicidad. (Isabel Sánchez-Bernuy, Grafología y Aplicaciones, Editorial EOS, 2002).

lunes, 4 de julio de 2011

La Grafoterapia invita al cambio

La Grafoterapia invita al cambio conveniente, positivo, y todos sabemos que la superación de conflictos, problemas y defectos genera resistencias. Es la firma en los tratamientos grafoterapéuticos la mejor aliada del terapeuta, porque ella va a suponer la mejor brújula para continuar en la dirección precisa hacia la culminación con éxito del proceso iniciado. Tengamos siempre presente que además del cuerpo de la firma, la rúbrica supone un claro desahogo de nuestras emociones y es en sus movimientos fortuitos, así como en sus libres y caprichosas formas donde los fantasmas del inconsciente se manifiestan con mayor claridad. Isabel Sánchez-Bernuy, Grafología y aplicaciones

domingo, 3 de julio de 2011

Escritura evolucionada

Escritura evolucionada

La grafía se considera evolucionada cuando ha tenido un proceso progresivo de desarrollo, de transformación, que le otorga caracteres individuales. La escritura se aleja entonces de los cánones modélicos iniciales e implanta su sello personal. Esta transformación gráfica es traducción directa de un mayor grado de cultura, independencia de criterio, adaptación mental y fuerza del yo. La escritura evolucionada puede afirmarse que es el marchamo de la madurez, de la asunción de responsabilidades, de amplitud de miras y comprensión intelectual. Isabel Sánchez-Bernuy, Grafología y aplicaciones.

Escritura evolucionada

Escritura evolucionada

La grafía se considera evolucionada cuando ha tenido un proceso progresivo de desarrollo, de transformación, que le otorga caracteres individuales. La escritura se aleja entonces de los cánones modélicos iniciales e implanta su sello personal. Esta transformación gráfica es traducción directa de un mayor grado de cultura, independencia de criterio, adaptación mental y fuerza del yo. La escritura evolucionada puede afirmarse que es el marchamo de la madurez, de la asunción de responsabilidades, de amplitud de miras y comprensión intelectual. Isabel Sánchez-Bernuy, Grafología y aplicaciones.

miércoles, 22 de junio de 2011

Coloquio sobre la firma, en la Sociedad Española de Grafología






Coloquio sobre la firma, en la Sociedad Española de Grafología

Nuevos cauces de información para el análisis grafológico de la firma

“No se ha descubierto aún lo fascinante que es la Grafología. No hay test más completo y profundo”. Isabel Sánchez-Bernuy.


Texto e imágenes: BEGOÑA MARDONES GÓMEZ


El sábado 18 de junio de 2011 se celebró un Coloquio sobre la firma, en la Sociedad Española de Grafología. Intervinieron el profesor don Juan Carlos Belda y la profesora doña Isabel Sánchez Bernuy, que aportó nuevos cauces de información para el análisis grafológico de la firma.

Don Juan Carlos Belda abordó La firma y su significado. “Hablar del significado de la firma entra dentro de la apreciación particular que de ella hacen los diferentes grafólogos y quizá encontremos contradicciones, pues no se tienen presentes las diferentes variables que expresan su verdadero significado. El mosaico de definiciones que los maestros nos dan del constructo* de la firma es rico y variado, y en su conjunto nos aproxima a una verdadera percepción del buscado significado”, señaló.

*Constructo es, en psicología -aclaró el profesor Belda- cualquier entidad hipotética de difícil definición dentro de una teoría científica. Son constructos la inteligencia, la personalidad y la creatividad, dijo don Carlos Belda.


Diferentes planteamientos de los maestros

El profesor Belda expuso las definiciones que diversos especialistas en la materia han dado sobre la firma. Para Max Pulver, “la firma es una biografía abreviada”. Según Augusto Vels, “es una autoimagen que sirve de sello de identificación y afirmación del propio yo frente al entorno”. Para Matilde Ras “en la firma se ven las más secretas ambiciones de la persona”. El profesor Mauricio Xandró señala que “la firma es un cruce de caminos donde se dan la mano la evolución del sentimiento de inferioridad, la lucha por la autenticidad y las huellas del egocentrismo. En una palabra, se ve en ella el momento actual de la persona”.

La firma -siguió diciendo don Juan Carlos Belda- tiene, unida a su propia realización, un sello propio que se lleva a cabo de una forma natural (aprendemos a escribir, pero nadie nos enseña cómo firmar); está integrada por un conjunto de elementos que definen su composición y le dan una peculiar estructura, formada por un componente creativo, elegido libremente, una parte que busca la propia seguridad individual, y la combinación de gestos automatizados y habituales que le otorgan una consistencia estable.


Seguidamente don Carlos Belda se centró en la Simbología de la firma y pasó a explicar lo que representa el nombre (el entorno familiar, la infancia); el primer apellido (el plano social, el triunfo personal, el padre, el esposo, el clan familiar); y el segundo apellido (principalmente la madre y, en algunas naciones, el esposo).

De manera habitual -dijo el profesor Belda- se utilizan varios tipos de firma, que reflejan los diferentes roles en los que la persona se encuentra inmersa: la firma oficial, que es la que figura en el documento nacional de identidad, representa el yo social, profesional y público; la firma artística, que es la utilizada para firmar obras de arte, por ejemplo; la firma abreviada o visé, que representa nuestro “yo operante”; y la firma familiar, la más auténtica, que revela la intimidad de nuestro yo.

Evolución de la personalidad con su asociación a la firma

El profesor Belda indicó que “desde que comenzamos a firmar hasta los veinte años, aproximadamente, es fácil encontrar una firma envolvente. Hacia los veinticinco años, y a medida que va madurando la personalidad, comienza a abrirse una parte de la firma; hacia los treinta años tiende a disminuir a favor del nombre y los apellidos; y hacia los cuarenta, va disminuyendo la rúbrica”.

Cuando existe una evolución positiva, señaló el profesor Belda, la firma es legible, en ligero ascenso, las letras son algo mayores que las del texto, y no existen exageraciones de ningún tipo.

Don Juan Carlos Belda ilustró la teoría con numerosos ejemplos y comentó con los alumnos algunas firmas de personajes ilustres, como el Rey don Juan Carlos, doña María Moliner, o don Luis María Ansón.

Reflexiones sobre firmas y rúbricas

La segunda parte del Coloquio estuvo a cargo de doña Isabel Sánchez-Bernuy, prestigiosa grafóloga, que aportó nuevos enfoques para el análisis de la firma.

“Si bien es cierto que el estudio de la firma es un tema clásico, la Grafología tiene que volar más allá de los ítems tradicionales. Es necesario contrastar y profundizar más en un tema tan apasionante para obtener cada vez mejores resultados y seguridad en su correspondiente análisis”, señaló la profesora Sánchez Bernuy.


“En principio, el estudio de la firma, como el del grafismo en general, supone un reto o medición de fuerza entre lo escrito y el especialista grafólogo”, señaló doña Isabel Sánchez-Bernuy. “A veces, si la observación y los conocimientos no son profundos, el grafólogo pierde la batalla y, como consecuencia, la Grafología puede quedar también negativamente afectada. Pero, si se es capaz de descubrir toda la información que contiene una firma o un manuscrito, con preparación, paciencia y objetividad, entonces el resultado será plenamente satisfactorio”.

“El aprendizaje del grafólogo, como en cualquier otra disciplina, no tiene fecha de caducidad. Es imprescindible -afirmó- someterse a los postulados de la autocrítica positiva. La humildad, la erudición y la imparcialidad avalarán siempre el éxito”.

La profesora Isabel Sánchez-Bernuy ofreció a los asistentes al Coloquio nuevas aportaciones en este campo, como: el Viaje al inconsciente del autor, Niveles de entidad, Clases de solidez, Valores complementarios, etc., para acceder así, de forma sencilla y eficaz a la redacción de las conclusiones obtenidas en un sector tan importante, personal y trascendente como es la firma.

Para doña Isabel Sánchez Bernuy es necesario -señaló- compartir todos los descubrimientos que se vayan haciendo en el campo grafológico, ya que, de no ser así, la Grafología tardará mucho más en colocarse en el lugar que le corresponde.

Doña Isabel expuso a los asistentes unos puntos de reflexión sobre esta materia:

- Análisis del material y de la composición: en ocasiones el grafólogo se encuentra con que el material que le facilitan es incompleto, o con que la firma está en condiciones inadecuadas (resguardos del banco, poco espacio para firmar en un terreno muy limitado…). La composición a veces es deficiente: aparece un garabato o un visé, el estado anímico del firmante es coyuntural…

- Observación (analítica y sintética). Es necesario poner a trabajar el cerebro, anotar todo que lo emita. Ahí volcamos todos los conocimientos que hemos ido adquiriendo. La experiencia es un factor muy importante.

- Viaje al inconsciente del autor. Conviene hacer una fotocopia ampliada y después llevar a cabo el mismo recorrido que el autor. Interesa ir a su inconsciente y ver cómo deriva su trayectoria. En este punto pueden descubrirse muchos elementos, como la astucia, la necesidad de ocultar el verdadero yo… Se hallan así defectos, huecos sin resolver. Todas las parcelas que están sin solucionar van a incidir en el comportamiento de la persona. Es un pulso entre el autor de la firma y el grafólogo.

- Información consciente. Aquí debemos analizar cómo es la firma: ascendente, descendente, grande, pequeña…

- Grado de legibilidad. Analizaremos si la firma es intencionadamente ilegible, si es legible, o mixta, qué sucede con la parte que se ha hecho ilegible…

- La entidad. Es la faceta que representa todo aquello que se aleja de la norma. Puede tener un nivel alto, medio o bajo. La entidad es un conjunto de factores, dentro de la firma, que se alejan de la norma. Cuando una firma tenga entidad de nivel alto, esos factores representan huecos sin resolver. Lo importante es que la entidad no llame la atención, señaló doña Isabel Sánchez-Bernuy. Si no tiene entidad, no existe endiosamiento, y ahí está la madurez. Cuando tiene una entidad significativa, algo puede estar pasando.

- Solidez. Ayuda mucho en la resolución de las firmas. Si el individuo la realiza con decisión, con desparpajo, está arraigada, hay solidez. Se puede ver enseguida si la firma está adiestrada o no. En la solidez se halla el grado de madurez de la persona. Esa firma causa muy buena impresión. La entidad y la solidez son aspectos importantísimos.


- Valoraciones complementarias. Podemos observar los gestos típicos, individuales, si rubrica antes de firmar, si aparece un punto al final…Todo esto nos da información muy valiosa a la hora de hacer el informe.

- Conclusiones. Debemos barajar todos los elementos encontrados, ensamblar y descubrir el mensaje que hay entre unos factores y otros.

- Informe. El informe debe ser claro; concreto (que se atenga a la realidad); completo (hasta donde podamos llegar); correcto (sobre todo a la hora de expresar los aspectos negativos); y, por último, confidencial. El objetivo del informe es que sea útil. Ha de servirle a la persona analizada para trabajar en su propio crecimiento.

A continuación, doña Isabel Sánchez-Bernuy analizó con los alumnos asistentes al Coloquio dos firmas muy interesantes, en las que aplicó todos los elementos enumerados anteriormente. Destacó lo importante que era matizar en cada rasgo. “Dentro de cada apartado -dijo- hay un abanico de matices que tenemos que relacionar”.

Por último, el profesor Juan Carlos Belda repartió los diplomas a los alumnos asistentes, y la profesora Sánchez Bernuy firmó ejemplares de su obra.

miércoles, 20 de abril de 2011





Coloquio sobre Grafología simbólica, en la Sociedad Española de GrafologíaTexto e imágenes: Begoña Mardones Gómez



El que escribe confecciona su autorretrato
Max Pulver


El sábado, día 16 de abril, se celebró un Coloquio sobre Grafología simbólica, en la Sociedad Española de Grafología. El profesor don Juan Carlos Belda comenzó el Encuentro con una ponencia titulada Aproximación a la Grafología simbólica. “El inconsciente colectivo -señaló- es un concepto básico en la teoría que desarrolla el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung. En ella establece que existe un lenguaje común a todos los seres humanos en todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la psique que está más allá de la razón”.

Carlos Belda añadió que, para Jung, el inconsciente colectivo es un concepto que se puede comprobar empíricamente, ya que se expresa a través de sueños, fantasías, datos transculturales, etc.

Dentro del inconsciente colectivo -siguió diciendo el profesor Belda- se encuentran los arquetipos, que son funciones psíquicas inconscientes y colectivas, heredadas, que predisponen al ser humano a responder ante el mundo de determinadas formas.

En el símbolo encontramos un hecho complejo, no simple, aunque así nos lo parezca en una primera apreciación, dijo don Carlos Belda. En el contenido se mezclan elementos racionales e irracionales y los producimos sin reparar en ello. Un ejemplo son los garabatos que a veces realizamos mientras hablamos por teléfono o llevamos a cabo otra actividad, como en una reunión, en una clase o en una conferencia. Estos garabatos -señaló Belda- están efectuados de manera inconsciente, pues el plano de la conciencia está ocupado en la atención a quien habla o al tema en cuestión. Muchas veces efectuamos garabatos con figuras geométricas: triángulos, cuadrados, círculos. Esto también se da en la escritura. Si observamos con una lupa los grafemas podemos descubrir símbolos ocultos entre las letras. Nuestros grafismos son una muestra de que el símbolo está presente dentro de nuestra mente y lo expresamos de forma inconsciente.

Juan Carlos Belda profundizó en Escuela de Grafología Simbólica fundada por el suizo Max Pulver. Para él, el que escribe confecciona su autorretrato. El hombre refleja en su escritura símbolos que están marcados en el inconsciente.

Pulver señala que debemos fijarnos en cómo se escribe, en cómo trazamos cualquier grafema. Es importante ver cómo se realiza una firma, por ejemplo -dijo Juan Carlos Belda- que la persona nos muestre cómo hace los trazos: las progresiones, las regresiones…

La zona superior -señaló el profesor Belda- refleja la divinidad, el misticismo, el orgullo, la superioridad. Es el área del pensamiento, de la ambición, del poder, de la fantasía, de la imaginación… La zona inferior simboliza el materialismo, la sexualidad, el dinero, la excitación, el fracaso, la caída moral; es el área de la parte biológica, de los instintos, del inconsciente.

A la derecha está lo social, el camino hacia los otros, la imagen del padre, la actividad, la expansión y el altruismo; a la izquierda, se halla el pasado, la familia, la niñez. La zona media se refiere al yo, a lo emocional, a lo cotidiano, al presente.

Juan Carlos Belda afirmó que todo signo gráfico expresa a la persona en su totalidad: inteligencia, afectividad y voluntad. Cada uno de nosotros tiene una personalidad individual, una manera de ser y una forma de escribir. A continuación expuso a los alumnos asistentes algunas firmas de Reyes de la Reconquista, que ponían castillos a los lados de su firma a modo de protección, como Fernando el Católico, por ejemplo. Era una España en guerra de fronteras. El profesor Belda destacó el simbolismo y cómo éste se plasma en gestos gráficos. También se analizaron rúbricas.

Después, el profesor Belda comentó con los alumnos las características de algunas firmas como las de Walt Disney, Lorca, Miguel de Unamuno, Michel Jackson, o el Dalai Lama.

La segunda parte del Coloquio estuvo a cargo de José Francisco González Ramírez, psicólogo y experto en Grafología, que habló sobre El Simbolismo en la escritura. “La escritura -afirmó- es un aprendizaje, que requiere un determinado nivel de desarrollo y maduración cerebral, así como haber asimilado una ingente cantidad de aprendizajes o capacidades previas”. Ningún niño empieza a escribir cuando lo vemos, sino que existe una preescritura.

Neurológicamente se han tenido que formar unas redes cerebrales que constan de conjuntos de neuronas que se activan. Estas redes básicas ya están preparadas previamente antes de que el niño pueda llegar a escribir o repetir gráficamente patrones fonéticos, y eso es posible mediante el desarrollo previo de capacidades y aprendizajes anticipatorios, que luego usa el niño para poder asimilar la escritura:

“Cuando analizamos un escrito, señaló, estamos tocando cerebro. La escritura desde que se inicia está formando cerebro. Escribir una sílaba o una palabra requiere una maduración cerebral increíble. La escritura es algo que toca el cerebro. El niño está utilizando redes neuronales cuando empieza a escribir. Ahora se dice que el cerebro se está construyendo siempre”.

Nadie llega a escribir porque sí, ni la escritura es posible solamente por repetir patrones gráficos en forma de fonemas, sílabas o palabras. El cerebro puede llegar previamente a hacer esto, porque se ha capacitado tanto a nivel neuronal como para desarrollar nuevos aprendizajes. Cuando un niño escribe automáticamente, la personalidad está ligada intrínsecamente a esa capacidad. No se puede entender sin ella, pues ambas poseen una misma naturaleza tanto neuronal como mental.

Cuando el niño propiamente escribe y descubre todo el significado de las palabras escritas, el cerebro ha dado un avance extraordinario. Escribir opera ya dentro de un nivel de programación neurolingüística.

El trazo deja de ser pura representación del movimiento espacial para lograr representar significados, y entra en el terreno profundo de la mente. Cuando esto sucede, la Grafología adquiere un nuevo valor. El trazo opera pues en el ámbito de la memoria, mezclándose con ella; lo que se escribe adquiere la cualidad de la expresión y la significación de cuantos contenidos y esencias hay en lo cognitivo y lo afectivo.



GRAFOTERAPIA

El profesor José Francisco González pasó a hablar de la Grafoterapia: “Si cambiamos nuestra escritura -ciertos hábitos- podemos modificar los circuitos neuronales en que se basan. La neurología habla de la neuroplasticidad del cerebro (el cerebro siempre se está haciendo, siempre se está conexionando de nuevo e incluso ya se ha demostrado que se están generando neuronas permanentemente, cosa que antes se creía imposible). Esto representa un potencial de incalculable valor para la Grafoterapia”.

La Grafoterapia -dijo- nos permite modificar el cerebro mediante la modificación de nuestra escritura. Cada vez se ve más claro lo que significa la escritura. Se proyecta en ella toda la mente y las capacidades mentales.

Para escribir -siguió diciendo José Francisco González- el cerebro tiene que haberse programado sensorial y perceptivamente. Esto incluye la asimilación del movimiento del cuerpo (motricidad), la representación de la imagen y el esquema corporal y los procesos de lateralización, etc. Se une el mundo lingüístico y el psicomotor. Es una mente que se hace en el cerebro.

Escribimos sobre la adquisición de automatismo psicomotores. El cerebro tiene que adquirir un tono para poder escribir después.

“Nuestro cerebro es emoción. La emoción se pega a la escritura. Escribimos con emoción, tal como somos, y con los hábitos que hemos adquirido, y con las experiencias”.

La Grafología es lo más racional del mundo, y no tendría que haber ninguna duda. El niño es un experto en la comunicación y todas las estructuras cerebrales y mentales implicadas se proyectan en la escritura. Los aspectos ambientales pueden modificar la forma de escribir.

El profesor José Francisco González comentó con los asistentes algunas letras de niños, donde se pudo ver cómo funcionan las emociones, los sentimientos… Al reformar la letra estamos reformando el cerebro.

Los grafólogos -dijo don José Francisco González Ramírez- debemos validar y no movernos solo por la intuición. La Grafometría es una parte de la Estadística que nos permite cuantificar una serie de datos esenciales para efectuar el análisis.

Al terminar el Coloquio, don Carlos Belda repartió los certificados de asistencia y don José Francisco González firmó ejemplares de su obra El lenguaje simbólico de la escritura.

BEGOÑA MARDONES GÓMEZ
Madrid, 16 de abril de 2011

COLOQUIO SOBRE GRAFOLOGÍA SIMBÓLICA, EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GRAFOLOGÍA






Coloquio sobre Grafología simbólica, en la Sociedad Española de GrafologíaTexto e imágenes: Begoña Mardones Gómez

El que escribe confecciona su autorretratoMax Pulver

El sábado, día 16 de abril, se celebró un Coloquio sobre Grafología simbólica, en la Sociedad Española de Grafología. El profesor don Juan Carlos Belda comenzó el Encuentro con una ponencia titulada Aproximación a la Grafología simbólica.
“El inconsciente colectivo -señaló- es un concepto básico en la teoría que desarrolla el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung. En ella establece que existe un lenguaje común a todos los seres humanos en todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la psique que está más allá de la razón”.

Carlos Belda añadió que, para Jung, el inconsciente colectivo es un concepto que se puede comprobar empíricamente, ya que se expresa a través de sueños, fantasías, datos transculturales, etc.

Dentro del inconsciente colectivo -siguió diciendo el profesor Belda- se encuentran los arquetipos, que son funciones psíquicas inconscientes y colectivas, heredadas, que predisponen al ser humano a responder ante el mundo de determinadas formas.

En el símbolo encontramos un hecho complejo, no simple, aunque así nos lo parezca en una primera apreciación, dijo don Carlos Belda. En el contenido se mezclan elementos racionales e irracionales y los producimos sin reparar en ello. Un ejemplo son los garabatos que a veces realizamos mientras hablamos por teléfono o llevamos a cabo otra actividad, como en una reunión, en una clase o en una conferencia. Estos garabatos -señaló Belda- están efectuados de manera inconsciente, pues el plano de la conciencia está ocupado en la atención a quien habla o al tema en cuestión. Muchas veces efectuamos garabatos con figuras geométricas: triángulos, cuadrados, círculos. Esto también se da en la escritura. Si observamos con una lupa los grafemas podemos descubrir símbolos ocultos entre las letras. Nuestros grafismos son una muestra de que el símbolo está presente dentro de nuestra mente y lo expresamos de forma inconsciente.

Juan Carlos Belda profundizó en Escuela de Grafología Simbólica fundada por el suizo Max Pulver. Para él, el que escribe confecciona su autorretrato. El hombre refleja en su escritura símbolos que están marcados en el inconsciente.

Pulver señala que debemos fijarnos en cómo se escribe, en cómo trazamos cualquier grafema. Es importante ver cómo se realiza una firma, por ejemplo -dijo Juan Carlos Belda- que la persona nos muestre cómo hace los trazos: las progresiones, las regresiones…

La zona superior -señaló el profesor Belda- refleja la divinidad, el misticismo, el orgullo, la superioridad. Es el área del pensamiento, de la ambición, del poder, de la fantasía, de la imaginación… La zona inferior simboliza el materialismo, la sexualidad, el dinero, la excitación, el fracaso, la caída moral; es el área de la parte biológica, de los instintos, del inconsciente.

A la derecha está lo social, el camino hacia los otros, la imagen del padre, la actividad, la expansión y el altruismo; a la izquierda, se halla el pasado, la familia, la niñez. La zona media se refiere al yo, a lo emocional, a lo cotidiano, al presente.

Juan Carlos Belda afirmó que todo signo gráfico expresa a la persona en su totalidad: inteligencia, afectividad y voluntad. Cada uno de nosotros tiene una personalidad individual, una manera de ser y una forma de escribir. A continuación expuso a los alumnos asistentes algunas firmas de Reyes de la Reconquista, que ponían castillos a los lados de su firma a modo de protección, como Fernando el Católico, por ejemplo. Era una España en guerra de fronteras. El profesor Belda destacó el simbolismo y cómo éste se plasma en gestos gráficos. También se analizaron rúbricas.

Después, el profesor Belda comentó con los alumnos las características de algunas firmas como las de Walt Disney, Lorca, Miguel de Unamuno, Michel Jackson, o el Dalai Lama.

La segunda parte del Coloquio estuvo a cargo de José Francisco González Ramírez, psicólogo y experto en Grafología, que habló sobre El Simbolismo en la escritura. “La escritura -afirmó- es un aprendizaje, que requiere un determinado nivel de desarrollo y maduración cerebral, así como haber asimilado una ingente cantidad de aprendizajes o capacidades previas”. Ningún niño empieza a escribir cuando lo vemos, sino que existe una preescritura.

Neurológicamente se han tenido que formar unas redes cerebrales que constan de conjuntos de neuronas que se activan. Estas redes básicas ya están preparadas previamente antes de que el niño pueda llegar a escribir o repetir gráficamente patrones fonéticos, y eso es posible mediante el desarrollo previo de capacidades y aprendizajes anticipatorios, que luego usa el niño para poder asimilar la escritura:

“Cuando analizamos un escrito, señaló, estamos tocando cerebro. La escritura desde que se inicia está formando cerebro. Escribir una sílaba o una palabra requiere una maduración cerebral increíble. La escritura es algo que toca el cerebro. El niño está utilizando redes neuronales cuando empieza a escribir. Ahora se dice que el cerebro se está construyendo siempre”.

Nadie llega a escribir porque sí, ni la escritura es posible solamente por repetir patrones gráficos en forma de fonemas, sílabas o palabras. El cerebro puede llegar previamente a hacer esto, porque se ha capacitado tanto a nivel neuronal como para desarrollar nuevos aprendizajes. Cuando un niño escribe automáticamente, la personalidad está ligada intrínsecamente a esa capacidad. No se puede entender sin ella, pues ambas poseen una misma naturaleza tanto neuronal como mental.

Cuando el niño propiamente escribe y descubre todo el significado de las palabras escritas, el cerebro ha dado un avance extraordinario. Escribir opera ya dentro de un nivel de programación neurolingüística.

El trazo deja de ser pura representación del movimiento espacial para lograr representar significados, y entra en el terreno profundo de la mente. Cuando esto sucede, la Grafología adquiere un nuevo valor. El trazo opera pues en el ámbito de la memoria, mezclándose con ella; lo que se escribe adquiere la cualidad de la expresión y la significación de cuantos contenidos y esencias hay en lo cognitivo y lo afectivo.

GRAFOTERAPIA

El profesor José Francisco González pasó a hablar de la Grafoterapia: “Si cambiamos nuestra escritura -ciertos hábitos- podemos modificar los circuitos neuronales en que se basan. La neurología habla de la neuroplasticidad del cerebro (el cerebro siempre se está haciendo, siempre se está conexionando de nuevo e incluso ya se ha demostrado que se están generando neuronas permanentemente, cosa que antes se creía imposible). Esto representa un potencial de incalculable valor para la Grafoterapia”.

La Grafoterapia -dijo- nos permite modificar el cerebro mediante la modificación de nuestra escritura. Cada vez se ve más claro lo que significa la escritura. Se proyecta en ella toda la mente y las capacidades mentales.

Para escribir -siguió diciendo José Francisco González- el cerebro tiene que haberse programado sensorial y perceptivamente. Esto incluye la asimilación del movimiento del cuerpo (motricidad), la representación de la imagen y el esquema corporal y los procesos de lateralización, etc. Se une el mundo lingüístico y el psicomotor. Es una mente que se hace en el cerebro.

Escribimos sobre la adquisición de automatismo psicomotores. El cerebro tiene que adquirir un tono para poder escribir después.

“Nuestro cerebro es emoción. La emoción se pega a la escritura. Escribimos con emoción, tal como somos, y con los hábitos que hemos adquirido, y con las experiencias”.

La Grafología es lo más racional del mundo, y no tendría que haber ninguna duda. El niño es un experto en la comunicación y todas las estructuras cerebrales y mentales implicadas se proyectan en la escritura. Los aspectos ambientales pueden modificar la forma de escribir.

El profesor José Francisco González comentó con los asistentes algunas letras de niños, donde se pudo ver cómo funcionan las emociones, los sentimientos… Al reformar la letra estamos reformando el cerebro.

Los grafólogos -dijo don José Francisco González Ramírez- debemos validar y no movernos solo por la intuición. La Grafometría es una parte de la Estadística que nos permite cuantificar una serie de datos esenciales para efectuar el análisis.

Al terminar el Coloquio, don Carlos Belda repartió los certificados de asistencia y don José Francisco González firmó ejemplares de su obra El lenguaje simbólico de la escritura.

BEGOÑA MARDONES GÓMEZ
Madrid, 16 de abril de 2011


martes, 22 de marzo de 2011

TALLER DE INICIO EN GRAFÍSTICA









TALLER DE INICIO EN GRAFÍSTICA

Texto e imágenes: Begoña Mardones GómezEl día 12 de marzo de 2011 se celebró un Taller de inicio en Grafística, en la Sociedad Española de Grafología. El profesor don Juan Carlos Belda comenzó con una introducción titulada: Principios básicos en Grafística. “La Grafística -señaló el profesor Belda- es una parte de la Criminalística que estudia la escritura en cualquiera de sus formas: manuscrita, mecanografiada, reproducida, etc., y los elementos que intervienen en ella, como el papel, las tintas…

Existen una serie de conceptos básicos para adentrarse en este campo. “Dubitado”, por ejemplo, es aquel documento dudoso cuya identificación, cronología, alteración o falsificación es susceptible de investigar. Son documentos “indubitados” aquellos de cuya autoría no se duda y que se utilizan para el cotejo; se reconocen por las partes como auténticos, y aparecen en escritos públicos, documentos privados…, que hayan sido identificados en juicio por aquel a quien se atribuyen.

Don Juan Carlos Belda mencionó una serie de principios fundamentales, como el de identidad: toda escritura manual es idéntica a sí misma; el de diversidad, que nos indica que cuando realizamos un examen de escrituras de diferentes sujetos, ninguna es idéntica a otra; polivalencia de signos: una misma causa puede producir distintos efectos gráficos; y, por el contrario, causas diversas, efectos semejantes; el principio de variabilidad, que nos dice que la escritura manuscrita está sometida al influjo permanente de multitud de factores exógenos y endógenos, determinantes de variaciones de la misma, no sólo con el paso del tiempo, sino de un documento a otro; el principio de reiteración, que nos indica que los efectos de causas constantes han de aparecer en todas las ocasiones, y los de causas accidentales son, como éstas, esporádicos; el principio de supeditación o condicionamiento de signos que, según Crépieux Jamin, indica que no hay signos particulares independientes, sólo hay signos generales de modos variados. Los estados de conciencia, pasajeros o permanentes, repercuten en el grafismo, así como las variaciones del tono general. No se puede simular la propia grafía sin que se note el esfuerzo de la lucha contra el subconsciente. Nadie puede disimular simultáneamente todos los elementos de su grafía, ni siquiera la mitad de ellos. No todos los signos gráficos tienen el mismo valor. Los más importantes son aquellos que son invisibles o poco aparentes -inconscientes-, pues son difícilmente disimulables.

Requisitos que debe reunir un documento indubitado para el cotejo
A continuación don Juan Carlos Belda habló de los requisitos que debe reunir un documento indubitado para el cotejo: abundancia, para poder apreciar el abanico de variaciones en que se mueve la firma o escrito; contemporaneidad, para comprobar que los cambios no se deben al paso de los años; espontaneidad, es mejor utilizar escritos anteriores para evitar las anomalías voluntarias; originalidad y variedad: diferentes escritos y formas, con el suficiente número de letras o números para poder cotejar.

Seguidamente el profesor Belda pasó a hablar del cuerpo de la escritura, que se realiza en el Juzgado y, generalmente, en presencia del perito. Su origen es incuestionable, y se lleva a cabo de dos formas: dictados, para lo que deben seguirse unas normas; y copias, que son un complemento del dictado.

En el caso de trabajar con firmas es mejor recoger el máximo número de ellas, y a ser posible de la misma época del documento “dubitado”. En el cuerpo de escritura, si hubiera texto -firma legible- es preciso realizar escritos en que figuren todas las letras incluidas, para su cotejo. El inculpado deberá firmar varias veces, en una o varias hojas, y en documentos similares, para comprobar la situación y ocupación en el espacio. Cuando se trate de anónimos, se debe pedir al sospechoso que escriba con el mismo tipo de letra que el anónimo (cursiva, mayúsculas, tipográfica…).

Formas de falsificar documentos

Don Carlos Belda habló de las Formas de falsificar documentos: por reproducción, en la actualidad existen métodos muy sofisticados; por transparencia o calco, en que con distintos sistemas se realiza una firma igual al modelo; copia servil, en que con un modelo a la vista se intentan imitar los rasgos más característicos; asimilación de grafía, que es el aprendizaje para reproducir el modelo de forma natural en cualquier situación; proximidad sanguínea, que hace más fácil la imitación y es más complicada de detectar (es el caso de la madre que deja a su hija firmar la pensión); unión profesional, que se practica habitualmente, por lo que es sencilla de reproducir y también difícil de detectar; modificaciones de la propia firma, que es lo que se conoce como autofalsificación, y que se lleva a cabo con el fin de no responsabilizarse de lo firmado, aunque siempre suele haber algún gesto que delata al autor; y alteraciones o enmiendas, que son añadidos o rectificaciones en documentos, cambios de fechas, letras, palabras…incorporación de líneas completas, nombres, números; borrado de alguna letra o nombre…

El Profesor Belda comentó con los asistentes las técnicas básicas empleadas en Grafística Pericial.

A continuación intervino don Germán Belda García-Fresca, con un Taller práctico de pericia judicial.

En primer lugar, según don Germán Belda, han de buscarse veinte rasgos, de los cuales ocho o diez deben ser de una alta jerarquía. Después es preciso aplicar una serie de técnicas: comparar las cuatro dimensiones de la estructura gráfica de la escritura: espacio, forma, ritmo y trazo; comparar: recorrido, gestos típicos, óvalos, puntos y rayas, añadidos, detenciones, temblores, firma y rúbrica, principios y finales, y distribución de la masa de texto; comparar: medición, grado de ángulo, oscilación pendular, negatoscopio, microscopio, UV Luz Ultravioleta, Proyección, Ampliación, Encajados, Tabla de Comparaciones, etc.; y, por último, Aplicar las Leyes Gráficas de Pellat, Val Latierro, Consciente-inconsciente, etc.

El profesor Belda facilitó a los alumnos asistentes un Cuestionario de trabajo pormenorizado, para aplicarlo: a la forma de los trazos iniciales; a la manera de enlace o trazo de conexión de cada letra con la que sigue; a la dirección de los ejes de las letras, es decir, al sentido que éstas siguen -ya sea oblicuo, recto, curvo, divergente o convergente-; a la configuración de pequeños óvalos, círculos, esferoides, triángulos, ganchos, abreviaturas, etc.; a la forma como aparecen los palotes de la “t”; al establecimiento de semejanzas de algunas letras, como por ejemplo “c por e”, “r por s”, “u por m”, “b por f”, “n por u”, “a por o”; a la observación de los puntos sobre la “i” y a la de las diéresis, comas, acentos, guiones y otros signos (hay puntos y acentos en forma de pequeñas comas, ganchos, diminutos círculos, rayas, y muchas veces se presentan también en su lugar complicadas y artificiosas figuras).

Seguidamente se analizaron con los alumnos una serie de casos y se dio a conocer el programa informático para Pericia caligráfica Forense, denominado Tot Graphic Lab, desarrollado por el ingeniero Manel de Vicente, en colaboración con expertos de la Sociedad Española de Grafología. Este sistema para la elaboración de informes en Grafística y Documentología, capaz de almacenar la información de cada perito y cada caso pericial, incorpora una base de datos, al tiempo que posee un completo laboratorio de imágenes, que sustituye el empleo de varios programas aislados.

Con la entrega a los asistentes de los certificados de aprovechamiento, llevada a cabo por el profesor don Juan Carlos Belda, se puso fin al Taller.

Begoña Mardones Gómez
Madrid, 21 de marzo de 2011

jueves, 17 de febrero de 2011

miércoles, 16 de febrero de 2011

TALLER SOBRE EL DIBUJO LIBRE










SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GRAFOLOGÍA
Taller sobre el dibujo libre

“El acto de dibujar en sí mismo es terapéutico, e indica el proceso de dominar el trauma”. La ventaja de realizar diagnóstico y terapia a través del dibujo es que proporciona mayor intimidad al paciente, le permite expresar gráficamente emociones que de manera oral podrían resultar difíciles de abordar. Daniel Goleman

El sábado, 12 de febrero, se celebró un Taller sobre el dibujo libre en la Sociedad Española de Grafología. Abrió la sesión el profesor don Carlos Belda, que ofreció una interesante conferencia sobre la valoración del dibujo libre.

“El concepto de expresión gráfica -comenzó diciendo- está referido a la representación de una idea o sentimiento, por medio de un dibujo, de acuerdo a la experiencia de ese individuo, y a su percepción y reflejo del entorno”.

El dibujo libre, como toda técnica gráfica proyectiva, explora la personalidad del sujeto, y presenta la ventaja de que se aplica de forma rápida y puede repetirse al poco tiempo, aunque, en el caso de los adultos, genera a veces mucha resistencia, puesto que implica regresar a etapas anteriores de la vida. También en personas con diferentes discapacidades motrices o visuales se complica mucho la viabilidad de esta prueba y se necesita un importante grado de experiencia clínica para hacer una correcta interpretación.

El dibujo libre -siguió diciendo don Carlos Belda- se utiliza tanto en el proceso de diagnóstico como en el terapéutico, y otorga indicadores del nivel de maduración intelectual, elementos para el análisis caracterológico, material proyectivo, y aspectos de análisis estructural.


A la hora de interpretar un dibujo hay que tener en cuenta: el plano gráfico, el plano de las estructuras formales, y el plano de los contenidos. En el plano gráfico se analizan los trazos, su amplitud y fuerza, la localización de los personajes, el ritmo del trazado, el sector de la página que se utiliza, etc. Se observará si la presión es fuerte, débil o pastosa, lo que reflejará el grado de vitalidad; se valorará también la forma, el ángulo, la curva, la ubicación... Otro elemento decisivo es el análisis del tamaño del propio dibujo. La forma y el espacio que ocupa, por ejemplo, nos hablarían de la adaptación.

En el plano de las estructuras formales se estudia el grado de perfección del dibujo, que nos informa sobre la madurez del niño, y que podría ser una medida de su desarrollo evolutivo. El profesor don Carlos Belda señaló que en el dibujo de la familia podemos apreciar las interacciones recíprocas y el marco en que actúan. Existen -siguió diciendo- dos tipos extremos: el sensorial y el racional. El sensorial es espontáneo, muy vital y, dentro del grupo familiar, muy sensible al ambiente, al movimiento y al calor de los lazos. En el racional la espontaneidad ha sido inhibida por censuras y de ahí resultan personajes estereotipados, de escaso movimiento, aislados unos de otros, pero dibujados con gran cuidado y detalles.

El profesor don Carlos Belda indicó que el estudio de todos estos elementos nos permitirá conocer la madurez e inmadurez de la persona. Asimismo, conviene observar los factores afectivos que van a servir para matizar el desarrollo mental.

Respecto al plano de los contenidos, don Carlos Belda afirmó que esta técnica otorga a los niños una cierta libertad, ya que no se les invita a interpretar receptivamente las figuras propuestas, sino que, guiados por su imaginación, crean un dibujo según sus deseos. A veces plasman deformaciones de la situación existente: “la negación de una realidad dolorosa es el mecanismo de defensa más primitivo, proceso que el niño utiliza con mayor frecuencia”.

La interpretación del contenido -afirmó don Carlos Belda- se basa en las leyes de la proyección. Al tratarse de un test proyectivo nos otorga sólo probabilidades, que deben contrastarse con el interrogatorio directo o la aplicación de otros test de personalidad.

Por último, el dibujo infantil -afirmó el profesor Belda- es un lenguaje que funciona como terapia para expresar el dolor.

A continuación don Carlos Belda comentó con los alumnos algunos dibujos de niños y jóvenes víctimas del maltrato emocional o físico, con carencias afectivas, etc.

Lo que nos dicen los niños con sus dibujos

La siguiente intervención estuvo a cargo de la profesora doña Carmen Belda, que habló sobre la Interpretación del dibujo libre. “Los niños, cuando dibujan, nos están abriendo todo su interior. Podemos ver lo que sienten y lo que nos quieren transmitir. Conviene tener varios dibujos y observar cómo viven cada momento, si repiten temas, etc.”.

En el Primer análisis vemos la expresión del dibujo, lo que nos transmite, y lo expresamos con una frase. Luego llevamos a cabo el análisis de datos curiosos: la presencia de un gato en el agua, por ejemplo, un coche volando...Todos estos elementos nos pueden servir para detectar un área conflictiva.

Analizaremos asimismo obstáculos en el dibujo: una persona, un árbol, una pared, elementos que se interponen en el avance del ser humano hacia sus metas. Conviene ver quién impide qué y hacer un estudio de la situación.

Son muy importantes las ausencias, lo que falta en el dibujo; lo que está en el centro; la desproporción de tamaño; las personas desfiguradas; los sombreados; dibujos que se parten en el borde del papel; líneas en la zona superior remarcada; dibujos abstractos; distintos planos; sombras; colores incorrectos, etc. Todos estos elementos nos van a reflejar datos muy importantes sobre posibles problemas de ansiedad, ausencia de compromiso, fijaciones, falta de vitalidad...

Posteriormente, se lleva a cabo el análisis sistemático, en el que se estudia el plano formal (análisis del dibujo según el tipo de material utilizado: los colores, la situación en la hoja, si hay proporción, en cuanto a tamaño, forma, etc.) y el estudio de los elementos propiamente dichos: el sol, la luna, las estrellas, las nubes, la lluvia, el arco iris, las montañas, los árboles, la casa...

Tras explicar con numerosos y variados dibujos el significado de cada uno de los símbolos, y aclarar las dudas planteadas por los asistentes, la profesora Carmen Belda finalizó su intervención.

El Encuentro terminó con la entrega de los diplomas a los asistentes.

Texto y fotografías: Begoña Mardones GómezMadrid, 12 de febrero de 2011

lunes, 7 de febrero de 2011

La escritura forma el carácter

“La escritura forma el carácter”
Felicita Castillo Colonna

lunes, 31 de enero de 2011

LA IMPORTANCIA DE SER

A veces dar consiste en saber perder el tiempo con otra persona. ¡Y cómo duele a veces dar ese tiempo! En Occidente tendemos a movernos en función del beneficio: todo lo medimos según los resultados, y vivimos cautivos de un afán de ser más y más activos, para producir más resultados. En Oriente, en mi opinión, especialmente en la India, la gente se contenta con ser, con estar sentado bajo una higuera de Bengala la mitad del día, conversando con otras personas. Probablemente nosotros, los occidentales, lo consideraríamos una pérdida de tiempo, pero eso tiene un valor. Estar con alguien, escucharle sin mirar el reloj y sin esperar resultados nos enseña algo sobre el Amor. El éxito del Amor reside en el mismo Amor, no en el resultado de ese Amor. Madre Teresa de Calcuta.

domingo, 23 de enero de 2011

DAR VALE MÁS QUE RECIBIR
Todo ser humano que te busca va a pedirte algo…

El rico aburrrido, la amenidad de tu conversación; el pobre, tu dinero; el triste, un consuelo; el débil, un estímulo; el que lucha, una ayuda moral.

Todo ser humano que te busca, de seguro va a pedirte algo.

¡Y tú te vuelves impaciente! Y piensas, ¡qué fastidio!

¡Infeliz! La ley escondida que reparte misteriosamente las excelencias, se ha dignado otorgarte el privilegio de los privilegios, el bien de los bienes, la prerrogativa de las prerrogativas: ¡DAR! ¡TÚ PUEDES DAR!
Diego Millán

En cuantas horas tiene el día, tú das, aunque sea una sonrisa, un apretón de manos, una palabra de aliento. En cuantas horas tiene el día, te pareces a Jesús que fue entrega perpetua. Y deberías dejar de lamentarte impacientemente y repetirte cada noche, al terminar el día: ¡GRACIAS, PORQUE PUEDO DAR!