Los psiquiatras
no nos libramos de los traumas emocionales. Recuerdo que tardé semanas en darme
cuenta del impacto que tuvo en mí vivir en directo el 11-S en Nueva York. Mi
primera reacción fue cerrar la conciencia al menor pensamiento sobre los
acontecimientos y sumergirme de lleno en el trabajo. Hasta que un día, la
simple pregunta de “y usted, doctor Marcos, ¿cómo se siente?”, hizo brotar en
mi mente una cascada incontenible de imágenes espeluznantes que había vivido en
persona la mañana de los atentados.
Pocas horas más
tarde concerté varias sesiones con un viejo colega. Me alegré de hacerlo, pues
narrar y compartir las experiencias penosas que nos conmueven es el primer paso
en el camino de la superación.
Luis Rojas Marcos
Todo lo que he aprendido