Magnífico el artículo de Gabriel García de Oro, publicado en
El País Semanal de 8 de junio de 2014.
El diario personal -afirma- es una de las herramientas más
usadas por los psicólogos para reordenar las emociones de los pacientes. Sus
beneficios son muchos. Al margen de la terapia, puede servir para crecer,
progresar, conocernos mejor. Se necesita para ello un bolígrafo, un cuaderno y
quince minutos de tranquilidad antes de ir a dormir. De esta manera,
reflexionaremos sobre nuestro día, evaluaremos nuestras respuestas emocionales,
pondremos en perspectiva las situaciones y liberaremos estrés. Todo ello hará que podamos dormir mejor y
así, al día siguiente, estaremos más relajados y con más seguridad para
afrontar el nuevo día.
Esta técnica -dice Gabriel García- nació para la superación
de situaciones traumáticas y dolorosas; sin embargo, hoy es de uso común para
todas aquellas personas que quieran conocerse mejor y tener un mayor control
sobre sus emociones. La escritura expresiva se basa en no pensar, en dejarse
llevar por la palabra. De este modo, lograremos conectar con realidades
interiores que de otro modo seguirían bloqueadas.
Hay que escoger un tema que nos preocupe y escribir veinte
minutos durante cuatro días seguidos. Escribiremos sin pensar, dejaremos que
las palabras fluyan, que las frases salgan de nuestro interior, sin prestar atención
al estilo ni a la corrección ortográfica. No leeremos todo lo escrito hasta que
no hayamos finalizado y así podremos analizar qué hemos aprendido y cómo nos
hace sentir.