martes, 12 de octubre de 2010

ESCRITURA Y FIRMA DE SAN JUAN DE LA CRUZ


ESCRITURA DE SAN JUAN DE LA CRUZ

Análisis de la firma de Miguel Delibes






ANÁLISIS DE LA FIRMA DE MIGUEL DELIBES

Los rasgos de esta firma, en una línea recta, nos indican que se trata de una persona madura, con dominio de sí misma y un buen control sobre su estado de ánimo. Está conforme con la situación que posee o con el nivel que ha alcanzado. No necesita envolturas ni apoyos. Las letras son claras y legibles.
De vez en cuando siente una profunda tristeza y se muestra cansado, abatido. Se apodera de él una carga depresiva intensa. Se siente descorazonado, ve una solución difícil para sus males y abandona la lucha. La última letra se desvanece en un trazo que refleja este estado de melancolía.
La rectitud de la línea nos revela también su gran nobleza. No se deja llevar por sus debilidades o por su presión interna. Es responsable de sus actos y no teme asumir lo que le corresponde.
Podemos afirmar que se trata de una persona sincera, que se muestra como es, una de las más positivas señales de autenticidad. Ha alcanzado una cierta superioridad, se estima bastante y muchas veces tiene la sensación de no ser valorado por la sociedad del modo que cree merecer.

Es sensible y delicado, por lo que se le hiere con facilidad y necesita un trato especial.
Observamos en esta firma una gran riqueza imaginativa, reprimida a veces.
Algunas letras aparecen rotas, lo cual puede reflejar problemas de salud.
El trato con los demás es afable. Muestra confianza en sí mismo, aplomo y desenvoltura, aunque en ocasiones aparecen gestos de irritabilidad. Observemos el monte de la “M”, cuyos ángulos nos indican que existe una cierta agresividad.
El predominio de la estructura curva, sin embargo, nos habla de su capacidad comunicativa, gusto refinado e inclinación a los goces espirituales.

Begoña Mardones Gómez
Madrid, 19 de mayo de 2010
Sociedad Española de Grafología

Análisis de la firma de San Juan de la Cruz


ANÁLISIS DE LA FIRMA DE SAN JUAN DE LA CRUZ

En la firma de San Juan de la Cruz observamos que existe un buen control sobre el estado de ánimo, madurez, dominio de sí mismo, conformismo con su situación.

Se trata de una persona noble, intransigente ante lo ilícito, que no cede a las presiones del medio ni a las propias presiones internas. Se manifiesta como es, sin ocultamientos ni falsedades.

Las torsiones de la “d” y de la “l” muestran su debilidad en las posturas adoptadas y su sufrimiento. Da la espalda al pasado, pero tiene temor al futuro, a sus compañeros. El texto bastante ilegible refleja que se está defendiendo de un ambiente hostil.

Llama la atención la cruz con que finaliza la rúbrica. Este símbolo es una traducción plástica de sus impulsos, sentimientos y sensaciones internas. Fue reconocido como un cristiano ejemplar.

La rúbrica que hace al final surge como un parapeto frente a los riesgos que pueden venir del exterior. Es un gesto gráfico de carácter selectivo, una forma de poner a salvo secretos que no desea confesar o estancias del yo a las que no desea dar acceso. Podemos afirmar que existe inseguridad y una actitud defensiva.

La inclinación de las palabras de la firma nos indica que se trata de una persona afectiva, amable en el trato con los demás.

El dinamismo y la agilidad de los trazos revelan su rapidez mental mental. La presión en relieve, su espíritu creativo, originalidad y gran sentido estético.

La ausencia de rasgos hacia arriba refleja su sentido de la obediencia; y la escritura ligada, curva, inclinada, rápida y presionada nos habla de su carácter sociable.

Por otro lado, los trazos iniciales largos y regresivos manifiestan su nostalgia, su vinculación a la vida familiar, aunque se sabe adaptar bien a las distintas situaciones, como queda de manifiesto en las líneas sinuosas y curvas de su firma.

Begoña Mardones Gómez
Sociedad Española de Grafología
Madrid, 14 de diciembre de 2009
Festividad de San Juan de la Cruz